Volviendo la vista atrás hasta el día que conocimos a Cristina y Marcos y nos contaron su historia, nos damos cuenta de que todos los planes que tenían pensados para el día de su boda se cumplieron.
La mañana despertó fresca, mientras se preparaban muy cerca de la capilla del colegio Sagrado Corazón donde se casarían pocas horas después.
La llegada a la iglesia fue un momento espectacular, que dio paso a una ceremonia conmovedora y afectuosa.
Y es que Cristina y Marcos tienen un corazón grande y generoso, que da cabida a un montón de amigos y familiares, pero también a la solidaridad con Malawi, que estuvo muy presente durante todo el día, desde la canción que habían enseñado al coro hasta los regalos a sus invitados, que habían sido tallados por tres familias de artesanos malawianos.
En un impecable dos caballos amarillo llegaron al Palacio de Quinta Alegre, donde disfrutaron junto a sus invitados, que venían de distintas partes del mundo, para terminar con una fiesta de lo más animada y colorida.
Zikomo Kwambiri!
El palacio de quinta alegre es chulisimo, que te voy a decir yo de Granada, no? jejee
Pero las foto tuyas tienen un color precioso. Muy buen trabajo, nos gutan mucho!!
Besos!!
Muchas gracias!!!