De vez en cuando tenemos la suerte de compartir momentos dulces, como la espera de Estela y Carlos. Sentir como buscan la pausa, como disfrutan el momento y comparten expectación y alegría.
Instintivamente el embarazo relaja las agujas del reloj y el tiempo se disfruta conscientemente.
Y a nosotros, afortunados espectadores, nos obsequian con un poquito de esta sensación y solo podemos estar agradecidos.
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