Almudena y Juan tenían claro que querían una preboda en la playa y no dudaron en darse un buen madrugón para poder disfrutarla a solas. Había que aprovechar el tiempo antes de que la gente empezara a ocupar sus sitios y como podéis ver no tuvieron ningún problema ante la cámara.
Su alegría y complicidad hicieron que esta preboda fuera especial.
Hacen muy buena pareja, ¿no creéis?
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